-Generar consciencia de Autogestión y prevención en salud menstrual:   Hemos observado como mujeres que aprenden a escuchar su ciclicidad y  llevar un calendario menstrual con el fin de observar su cuerpo en función de la evolución y las emociones que esto envuelve logran prevenir desequilibrios comunes del ciclo. Pero además logran desarrollar hábitos de cuidado cíclico y se autogestionan con hierbas, alimentación, descanso, movimientos e incluso con apósitos totalmente caseros  y ecológicos . 

Cada día son más las mujeres que eligen lo ecológico y lo autosustentable. El cuidado y la consciencia de la contaminación  del planeta comienza por el cuidado de nuestro cuerpo. 

Hay cientos de estudios que hablan de Contaminación hormonal y disruptores hormonales que inciden en la ciclicidad femenina, estos están presentes en la mayoría de los productos de belleza femenina y de limpieza del hogar. Generando infertilidad, miomas, endometriosis, amenorrea, entre otros desequilibrios del sistema endocrino, el sistema que guía el desarrollo del ser humano y por lo tanto es clave en la ciclicidad femenina. Las mujeres que logran tomar conciencia de esto, están buscando métodos alternativos, orgánicos y naturales. 

-Laborar sobre la Deconstrucción de narrativas cíclicas destructivas y condicionantes: Otro tema clave en la historia de la mujer. El movimiento feminista a traído a la luz extensos estudios sobre como los conceptos arraigados en la sociedad y repetidos cotidianamente, han victimizado y condicionado sistemáticamente a la mujer. Desde el casarse para sentirse completa hasta el ser madre para realizarse, entre la obediencia obligada o el sentido de pertenencia al padre y luego al marido. Estos conceptos hoy en día aparentemente en una mayoría han sido deconstruidos… pero siguen presentes en el inconsciente de las víctimas, que siguen sin ser libres de la opinión de los masculinos, siguen sintiéndose insatisfechas y creen que es por no ser madres, la rabia por la desventaja que estas emociones inconscientes con el tiempo se instauran en el cuerpo generando enfermedades y desequilibrios. Con las narrativas menstruales de suciedad, dolor, molestias de esconder o inclusive las narrativas en torno a los ciclos el inicio y final, menarquía y menopausia, llevan a la mujer a la negación de su propia corporeidad, de lo saludable, de lo orgánico, construyen una vida de miedos y desprecio hacia lo vital femenino. Estas narrativas son las que aún la sociedad mantiene vigentes y las que más secuelas físicas dejan.